Bueno, ya ha llegado, ya está aquí. Esta estación que a todos nos altera, a unos más y otros menos. Lo siento por aquellos que sufren de alergia, pero ya llega el calorcito.Bueno, pues hace muy poco que ha comenzado la primavera, y como cada año hay que cambiar la hora. Pues allá llego yo medio dormido después de comer, con esa morriña que te entra a las 3 de la tarde. Me pongo a hacer dos cosillas en el PC sobre las 15:30, me ducho, y cuando quiero darme cuenta miro el reloj
y ¡sorpresa!. Marcaba las 17:15. Y a las 17:00 tenía que estar en el trabajo.
Yo todo rápido, menuda velocidad, nunca me había vestido tan rápido. Mi hermano alucinado, mi gato más todavía. Yo sigo todo preocupado, acojonado. ¡La primera vez que se me hacía tarde para ir a trabajar!, ¿como era posible?. Hasta que mi hermano me dice, que no sabe como, pero que mi ordenador marcaba mal la hora. Pensando que había algun poltergeist, un maldito virus, o un bendito gracioso gastandome la broma. Mientras esta vez me relajaba, me sente frente al ordenador como otras veces. Y me propongo a hablarle como si fuera un animalillo:
¿Pero que te ha pasado?, ¿qué te han hecho?, ¿quien o qué ha sido?. Vamos, cuentaselo a papi. Sabes que puedes confiar en mi. No se lo voy a decir a nadie. Vengaaaa. Y por fin escucho como un susurro en mi cabecita que me explica lo que es.
Al final, ya me explico lo que estaba pasando. Yo todo el tiempo en Linux. Hasta que para poder meterme unas canciones en el mp3 reinicio y voy a windows. Como ambos sistemas te cambian la hora automáticamente, Linux lo había hecho primero, cambiando la hora correctamente, pero al inciar windows me vuelve a cambiar la hora, y claro, toma susto para el cuerpo.
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