viernes, 6 de abril de 2007

¡Badulake!

Bien, continuando con Un sabado de cumpleaños es lo que tiene os narraré pequeñas lagunas mentales que conservo de aquel día.

Después de una larga deliveración en la puerta del restaurante los asistentes al cumpleaños decidimos acudir al barrio. Una vez allí, casi entrando en el parking, se me ocurre lo que en ese momento fué una brillante idea, pero que al día siguiente se convertiría en mi peor pesadilla. Comento con Zipi (apodo que nos pondrían más tarde, el será Zipi y yo Zape) de acercarnos al ya famoso Badulake para hacernos con algo de bebida mientras ellos aparcan los vehiculos. A Zipi le parece una idea genial, asi que dicho y hecho. De camino recordamos ciertas hazañas ocurridas en dicho establecimiento, que es regentado por un inmigrante con cierto parecido a Apu:

- Zipi: ¡¡Dioos!!, recuerdas la última vez, si no le regateas se ofende.
- Zape: Dios mio si que es verdad, acuerdate que le deciamos, 10€, es mi última oferta.
- Zipi: ¡Si!, pues ya sabes, a regatear.

En esto que llegamos al Badulake, y en su interior, nada más entrar, en la misma puerta, allí estaba él, Apu. Una vez dentro, vemos la mercancía, barajamos distintos precios y nuestras posbilidades, es pronto y todavia queda noche. Sopesando los pros y los contras decidimos hacernos con una botella de peché. Por las prisas y eso decidimos beberla rapidamente, entre otras cosas para que no se repita la multa anterior por botellón en la puerta del teatro, por lo que no cogemos basos. Por lo tanto, tampoco hielo, pero como era una noche algo fresquita pensé que no se notaría tanto, asi que convencí a Zipi para no comprar hielo ni nada. Ahora viene lo que origino mi calvario del domingo, salimos del Badulake, en dirección al parking (unos dos minutos a pie). Pues por el camino teníamos que bebernos la botella, no me pregunteis porqué, ya ibamos algo tajaillos y nuestras mentes pensantes no estaban en su mejor momento. Como si de una prueba del Grand Prix se tratase nos pusimos manos a la obra. Comenzamos a beber, uno tras otro, sin pausa hasta que llegamos al ahora conocido como "callejon del peche", vimos que era muy acogedor y decidimos hacer una paradita para terminar la botella. Pues allá que empezamos a discutir borrachos perdidos ya, después de haber bebido media botella a base de hidalgos:

- Zape:Esta casi vacia vamos, ¡bebe!
- Zipi: ¡Dioos!, casi vacia dice, si todavía esta medio llena.

Así cosa de 3 ó 4 minutos. De repente aparece el culo de la botella, y en el mismo momento se aproximan de frente dos chicas. Zipi se preparaba para lanzar la botella en una especie de "contenedor de covagonga", y en eso que una de las chicas, ya mucho más cerca, hace un movimiento muy parecido y dice algo que no se entendía. Al momento me di cuenta de que era sordomuda, con tal mala
fortuna que Zipi no lo hace. Entonces vino algo embarazoso, que después provocaría carcajada, he de aclarar que la chica lo comprendió todo, y que no dió sintomas de cabreo. Estaría acostumbrada a mamones borrachos como nosotros, o tal vez le hicieramos gracia, no se, la cuestión es que no le molestó. Zipi tras ver su
movimiento piensa que se rie de nosotros, y sin intención de burla ni nada comienza a gritar, mientras que yo, por detrás le decía:

- Zape:¡Tio!, no te pases que es sordomuda.
En esto que Zipi ni se entera.
- Zape:¡Tioooo!, que es sordomuda.
- Zipi: ¿Qué es qué?, sea lo que sea, si es puta es puta, se está burlando de nosotros.
- Zape:¡Nooo!, es sordomuda.

Justo ahora es cuando los dos enfermos borrachos nos quedamos con cara de idiotas, y ellas pasan por nuestro lado casi sin inmutarse. Solo giraron la cabeza un momento y sonrieron al tiempo. No quiero repetirme, pero no fué con ninguna mala intención, pero son esas situaciones embarazosas que tarde o temprano tienen que ocurrirle a la gente.

En otro momento más.

No hay comentarios: