martes, 10 de abril de 2007

Viaje a murcia

El jueves 5 de abril, casi sin preparativos ni tiempo para pensar nada, nos dirijimos a Murcia, a visitar a un amigo. Todo perfecto, llegamos directamente al lugar indicado gracias al grandioso mapa del “Paint” enviado por correo, gran mapa, ¿para qué usar google maps?. De verdad que llegamos a la primera y sin confusión alguna, van a tener que contrarte para crear los mapas de google de los que todavía el satelite no ha sacado buenas fotos.


En fin, nos dirgimos a lo que parece ser un centro comercial muy acogedor, y ya sabemos todos como son en Murcia. En la misma puerta del centro comercial nos encontramos con el primer sitio de comida rápida. Era muy parecido a “Bocatta”, vamos, que era igual pero con otro nombre. El nombre fué lo que nos sorprendió a todos, “El bocaico”. Y no tenía pinta de ser un local aislado, más bien parecía pertenecer a alguna cadena de restaurantes de comida rápida.


La cena la verdad que tambien estuvo muy bien, probamos la sangría murciana, que dicen es de las mejores de España, aunque discrepo, porque donde esté la tipica sangría de toda la vida que quiten todas las mezclas raras, que si canela, vodka, malibú, etc. Era una sangría explosiba.


Terminamos de cenar, y con las risas y demás nos dirigimos al piso a dejar unos enseres y demás. Habíamos planeado hacer un botellón en el piso, pero por la hora y las prisas lo improvisamos por el camino más tarde. Aunque debo corregirme a mi mismo, en Murcia los botellones en el interior se denominan “botelleos”.


Más tade el anfitrión nos dice que es mejor dejar los coches aparcados y acercarnos al centro caminando, que no esta demasiado lejos. Bueno, pues o ibamos muy lentos o se me hizo algo eterno por el botellón que hicimos por el camino. La verdad es que llegamos al centro algo “tajaillos” y nos metimos en un local que estaba bastante bien, mucho ambiente, bastante gente y unos “TGV”(chupitos de Tequila, Ginebra y Vodka) contribuyeron a la felicidad de todo el grupo. El problema vino sobre las 3:30 de la madrugada. Resulta que el toque de queda de Murcia es a las 3:30 para los locales del centro, y teníamos que ir a coger un bus que nos llevara a la zona de discotecas. Cuando salimos del local estaba diluviando, llovía como nunca en Murcia. Lo que sucedió a continuación es totalmente predecible, ¡Todos a correr y maricón el último!. Llegamos a la supuesta parada que era una fachada de un edificio que había cerca del “tontodromo” (esta es una zona de Murcia, sorprendente, pero realmente lo llaman así en Murcia) y allí se congregaba un grupo de gente. Y se nos ocurre preguntar por la parada:

  • ¿Perdone, es aquí la parada del autobús que te lleva a las discotecas?

  • ¿Parada?¿aquí?. Creo que os confundís. Aquí no para ningún autobús.


Todos acojonados tras las palabras que acababamos de escuchar, estabamos derrotados. ¿Nos habíamos mojado para nada?, rodarían cabezas si así fuera. Por suerte para nosotros a los 5 minutos apareció un autobús, lo cual provocó la euforia colectiva. Todos abrazandonos, gritando como posesos:

-¡Oe! ¡Oe! ¡Oe! ¡Oe! ¡Oe!

Pero nuestras voces se iban apagando conforme el autobús comenzó a alejarse de nosotros, el conductor no hizo ni un gesto de parar, pasó de largo. Nos quedamos atónitos y algo sorprendidos, y justo después descubrimos una parada real de autobús, por lo que nos dirigimos hacia ella y volvemos a empaparnos otro poquito. Conseguimos subir al bus pasados unos minutos y al fin llegamos a la zona de discotecas. Lo que sucedió dentro lo dejo para otro día, solo os avanzo que al día siguiente tenía un catarro que todavía hoy me dura.

No hay comentarios: